La francesa, hija de aragoneses, fue testigo y protagonista de los acontecimientos más importantes de la Europa del siglo XX.
Miembro de las Brigadas Internacionales y de la resistencia francesa, conoció a Stalin y a Ho Chi Min.
El programa «Amarga Memoria» de la Dirección general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón apoya un nuevo proyecto de recuperación de la memoria histórica. En este caso, participa en la producción de una película-documental sobre la figura de la francesa hija de aragoneses Lise London, testigo y protagonista de los acontecimientos más importantes de la Europa del siglo XX.
La elaboración de la película se ha iniciado con la grabación de una entrevista a la protagonista, de 93 años, en su domicilio de París. A lo largo de los próximos meses se procederá a una segunda fase de producción.
Lise London nació en Francia con el nombre de Elisa Ricol. Es hija de dos aragoneses originarios de dos pequeñas localidades del Maestrazgo turolense: Cuevas de Cañart y Dos Torres de Mercader.
En 1934 fue enviada por el Partido Comunista Francés a Moscú para trabajar como mecanógrafa y traductora en el seno del Komitern. Contaba solo con 18 años y estaba casada con otro militante francés del que se divorciaría al conocer al joven dirigente checo Artur London. A partir de entonces comenzaría una historia de amor y compromiso de la pareja.
Vivieron la guerra civil española como miembros de las Brigadas Internacionales y, posteriormente, formaron parte de la resistencia francesa durante la invasión nazi. Ambos fueron deportados a los campos de concentración de Ravensbruck y Mauthausen.
Ya durante la guerra fría, Artur pasó a ocupar el cargo de viceministro del Gobierno checo y sufrió una purga estalinista que le llevó a pasar varios años en la cárcel acusado de espionaje y traición. Lise le esperó a la salida de la cárcel y luchó por su rehabilitación pública. Durante 20 años Lise y Artur vivieron en París.
Lise London describió sus experiencias (conoció en persona a Stalin y a Ho Chi Min, entre otros) en dos libros titulados La madeja del tiempo (Roja Primavera y Memoria de la Resistencia), publicados en 1996 y 1997.
El programa Amarga Memoria del Gobierno aragonés quiere recuperar en imágenes la memoria de este testigo vivo a quien ya en 2003 el Gobierno de Aragón reconoció, mediante la concesión de una placa, la contribución a la lucha por la democracia y las libertades en Europa.