El Castillo de Trasmoz: mitos, fábulas, gestas y ritos

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El castillo de Trasmoz ha sido objeto de inspiración de algunas leyendas. La imaginación popular lo convirtió en un lugar de brujas y aquelarres, tal vez porque en algunas ocasiones se falsificó moneda en el mismo y por ello se pretendía mantener alejados a los curiosos.

 

Castillo de Trasmoz

 Trasmoz es un municipio de la Provincia de Zaragoza (España), situado en la Comarca de Tarazona y el Moncayo.

 El poeta Gustavo Adolfo Bécquer , durante su estancia en el Monasterio de Veruela, creó algunas leyendas  sobre la villa y el castillo:

    «Aquel que tiene por cimientos pizarra negra de que está formado el monte, y cuyas vetustas murallas, hechas de pedruscos enormes, parecen  obra de titanes, es fama que las brujas de los contornos tienen sus nocturnos conciliábulos. Los sábados, después de que la campana de la iglesia dejaba oír el toque de las ánimas, unas sonando panderos, y otras, añafiles y castañuelas, y todas a caballo sobre escobas, los habitantes de Trasmoz veían pasar una banda de viejas, espesas como las grullas, que iban a celebrar sus endiablados ritos a la sombra de los muros de la ruinosa atalaya que corona la cumbre del monte». (G.A.Bécquer)

La Tía Casca fue, al decir de las gentes, la bruja más temida de la comarca, con alborotada cabellera siempre, en forma de guedejas que se le enroscaban como sierpes por su horrible rostro. Cuentan que el castillo de Trasmoz fue a manera de templo para la brujería europea.

Bécquer en una de sus narraciones, cuenta lo que le sucedió un día en el que, paseando por los bellos parajes cercanos al Monasterio de Veruela, quedó desorientado en el camino que transcurre entre Litago y Trasmoz.

Al rato de ir deambulando por la zona, topó con un pastor que le advirtió para que no tomara la senda de «La tía Casca».

«En ella fue despeñada la señora en cuestión, y al ser rechazada por Dios y por el Diablo, su alma vaga por ese camino, y mediante engañosos sonidos, unas veces con lloros de niño otras con gruñidos de lobo, atrae a los ingenuos caminantes para, con su seca mano, despeñarlos por el barranco», le relató el hombre.

La leyenda cuenta, que la tía Casca era muy conocida en Trasmoz. Fue acusada, de ser la ejecutora de males de ojo y todos los hechizos imaginables, por los vecinos del lugar, quienes la persiguieron hasta el precipicio en cuestión, y a pesar de los ruegos y súplicas de la anciana, fue arrojada al arroyo donde murió.

En realidad este personaje existió, y fue despeñada el año 1850, según se narra en los periódicos de la época, ya que se le presumía practicante de las malas artes de la brujería, tan arraigadas en estas tierras. 

La leyenda, andando el tiempo se ha convertido en atracción turística. Una ruta obligada porque a la belleza del paisaje se suma el pintoresquismo de las calles y plazas. Arriba está el castillo, que pasó de unas manos a otras en varias ocasiones hasta que en 1267 lo habitaba Blasco Pérez, sacristán de Tarazona, que labraba allí moneda falsa, y aquella práctica alquimista o poco menos dio pábulo a las leyendas que han llegado hasta nuestros días. Parece que la leyenda fue invención del citado sacristán y hay que aceptarla como un atractivo más, con su profunda carga literaria.

 

Curiosidades:

  • En la actualidad, el Castillo de Trasmoz (Siglo XII)  es propiedad de Manuel Jalón Corominas, inventor de la fregona.
  • En una casa de la localidad fue retenido el famoso ginecólogo español Julio Iglesias Puga por la banda terrorista ETA durante su secuestro, siendo liberado el 19 de enero de 1982.
  • Su callejero cuenta con una calle denominada “Gol de Nayim”, en recuerdo del fabuloso gol marcado por este jugador ceutí, que le sirvió al Real Zaragoza para alzarse con el título de la Recopa del año 1995.

 

Fuentes: www.distrito14.com , www.caiaragon.com , www.trasmoz.com , es.wikipedia.org

 

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