El roquero Elliott Murphy recibe «con honor» el homenaje de Zaragoza

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Se ha organizado como un signo de «cariño a su trayectoria» y él se lo toma, «llegado a este punto de mi carrera, como un honor». Se trata del Elliot Murphy Day, una jornada –la del 24 de enero, en Las Armas– que estará dedicada completamente al roquero americano.

El músico de voz profunda –vestido de oscuro, con vaqueros, botas, abrigo, bufanda y sombrero, que ocultaba un pañuelo sujeto en la cabeza– visitó ayer la capital aragonesa para presentar los actos, acompañado por el promotor musical Chema Fernández (Antípodas Producciones); y su guitarrista habitual, Olivier Durand. Las actividades comenzarán a las 12.00, con la inauguración de una exposición con portadas de discos –una, la más pequeña editada nunca–, para luego (12.30) sacarlos de los vinilos y pincharlos junto a otros clásicos del rock americano. Ya por la tarde, presentación del libro Justicia poética (Tropo), a las 16.30; proyección de la película The second act of Elliott Murphy (18.00), concierto (20.00) para cerrar con una firma de discos y libros. Las entradas pueden adquirirse por 15 (solo el recital) o 18 (concierto y película) en alasarmas.org, aragontickets.com y discos Linacero. El resto de actos tienen entrada libre.

Como todos los meses de enero (esta será la decimosexta vez que actúa en Zaragoza, sin contar las de Sos en Luna Lunera o la decena –no se acuerda del número concreto– de Piedrafita de Jaca–) actúa en España y supone «el comienzo de la temporada y ver cual será el repertorio de la gira». En esta ocasión, el protagonismo lo tendrá su último disco, Aquashow deconstructed, una nueva versión de su primer trabajo, Aquashow, editado hace 42 años, que además ha sido producido por su hijo, Gaspar, que tenía la misma edad que Murphy cuando lo grabó «y quería verlo a través de sus ojos». Por eso, lo calificó de «emocional» porque había canciones que «no había vuelto a regrabar desde el 73».

Volviendo al concierto de Las Armas, «interpretaremos el disco –que mantiene su esencia original– y también los golden oldiest (viejos éxitos), esos que los fans siempre quieren oír y algunas sorpresas», señaló, para luego añadir: «Y si la gente pide canciones y yo recuerdo la letra y Olivier cómo tocarla, las tocaremos», dijo con humor; el mismo que cuando recordó que venía a Zaragoza porque está «siguiendo los pasos de Michael Jackson».

Nacido en EEUU en 1949, en los años 70 decidió irse a vivir a París y comenzar de cero, donde se ha forjado una carrera «europea», provocada quizá al «conocer» al guitarrista Olivier Durand, con el que conectó «desde el principio», reconocieron ambos. «Disfruto tanto tocando como componiendo», señaló el francés. «Nos entendemos bien, tenemos el mismo gusto musical y también la forma de ver la vida», dijo el norteamericano.

Murphy ha publicado una treintena de discos y realiza un centenar de conciertos al año, algunos de ellos en España. «De todas las giras, noto que el público español tiene una calidad especial, me relaciono bien con él y además, tiene calidad rítmica»; y eso se extiende también al aragonés porque, según afirmó, «Goya es mi pintor favorito».

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