A estas alturas, ya completamente adaptados a la Nueva Normalidad, podríamos decir que el autobús de Zaragoza ha mejorado su nota en la consideración de los usuarios, justo cuando se encuentra en medio del camino de ese necesario proceso de electrificación.
En efecto, si nos atenemos a la información que provee el Índice de Satisfacción del Cliente -ISC- del servicio de bus urbano de la capital, que es operado por AVANZA, vemos que obtuvo una puntuación de 7,80 en 2021, la más alta desde para esta concesión.
En efecto, parece que lentamente el conformismo de los usuarios con el bus zaragozano mejora, porque algunos aún recordarán que el primer ISC, de 2013, había arrojado un resultado de sólo 6,80 puntos, mientras que en 2019 marcó un esperanzador 7,56.
El regreso del Índice de Satisfacción del Cliente tras la pandemia
En este sentido, resulta interesante considerar que el buen puntaje obtenido por los buses de Avanza puede haber tenido que ver también con la administración de todo el proceso relacionado con la pandemia, dado que en 2020 no se realizó este relevamiento social.
Es decir, este 7,80 puntos supone el regreso definitivo del Índice de Satisfacción del Cliente tras la pandemia, y viene a confirmar la tendencia de mejora en la percepción del servicio que se ha evidenciado durante la última década, tras encuestar a unas 11.800 personas.
Enfocados ahora en mejorar su accesibilidad, los autobuses urbanos de Zaragoza fueron evaluados a partir de una serie de criterios como la información al usuario, el confort a bordo de las unidades, la seguridad dentro de ellas, y su impacto ambiental.
La electrificación, el próximo paso
Y el caso es que los parámetros con mejores evaluaciones fueron los tres que se consideran más importantes para los pasajeros ahora mismo: la seguridad y la accesibilidad, que obtuvo un 7,81, y el impacto ambiental, que obtuvo un meritorio 7,83.
Justamente, sabemos que los nuevos autobuses serán eléctricos, como parte del proyecto que pretende que, para 2025, todos los vehículos utilizados en este servicio abandonen el carburante para utilizar energías renovables, reduciendo además su impacto ambiental.
Alcanzar un 50% de los autobuses urbanos eléctricos es el ambicioso plan que tienen desde el Ayuntamiento a día de hoy, siempre que se cumplan las ayudas prometidas, como esos fondos europeos que deberían resultar fundamentales para la actualización del autobús.