Los zaragozanos están cambiando el gimnasio por el entrenamiento al aire libre, convirtiéndose en una nueva costumbre que los vecinos parecen haber adquirido como consecuencia de la pandemia por coronavirus.
En efecto, fuentes del Ayuntamiento comentaban al Heraldo que cada vez son más los residentes de la capital aragonesa que están abandonando los gimnasios, priorizando la actividad física en espacios abiertos, para protegerse del Covid-19.
De hecho, los responsables de algunos de los principales gimnasios de la ciudad confirman esta hipótesis, aclarando que han perdido un 40% de clientes en los últimos meses, al menos si se compara con aquellos períodos previos a que llegara la pandemia.
Zaragoza facilita el tan necesario entrenamiento en espacios abiertos
Por supuesto, que estos nuevos hábitos se han visto influenciados por varias campañas que el propio consistorio llevó adelante recientemente, considerando circunstancias como las secuelas en la tercera edad tras el confinamiento.
No podemos perder de vista el gran crecimiento que experimentan determinados deportes, como el fútbol o el pádel, que ven como los recintos donde se pueden practicar al aire libre prácticamente no tienen turnos disponibles para los interesados en jugarlos.
Si a eso le sumamos Andanda!, la nueva app de Zaragoza para impulsar la actividad física, y otras iniciativas del Ayuntamiento, queda claro que la ciudad poco a poco se está transformando en sí misma en una con las comodidades para entrenarse fuera.
Preocupación en gimnasios municipales
Pero mientras los gimnasios privados se las ingenian de una u otra forma para atraer público, los gimnasios municipales comienzan a ver con preocupación como los zaragozanos están optando por ejercitarse al aire libre, abandonándolos.
En ese sentido, las restricciones de aforo dictadas por el Gobierno de Aragón tampoco han ayudado demasiado, sino que acabaron contribuyendo a que varios, cansados de esperar su turno para acudir a los gimnasios municipales, vayan a entrenar a plazas o parques.
Todo lo contrario pasa con las piscinas municipales, donde si bien las aglomeraciones y las reducciones de aforo también estuvieron a la orden del día, hemos visto como proyectos comunes, entre ellos «Sol sin riesgo«, han convencido a los ciudadanos a ir a visitarlas.