En estos tiempos en los que los espacios abiertos se han transformado en uno de los pocos sitios de encuentros seguros, a diferencia de los hogares, bares y demás recintos cerrados, es una muy buena noticia que se estrene la nueva y mejorada plaza de Santa Engracia.
En efecto, representantes del Ayuntamiento, con el alcalde de Zaragoza Jorge Azcón y la vicealcaldesa Sara Fernández entre ellos, han presentado a los vecinos de la ciudad las novedades de una de las plazas más tradicionales de toda la capital aragonesa.
Lo primero que debemos decir es que ese nuevo diseño pretende poner en valor la fachada de Santa Engracia como los edificios históricos que rodean a la plaza, además de realzar el monumento que recordará a las víctimas del Covid-19, el cual posee lazos, para que cualquiera pueda rendir tributo a sus seres queridos.
Peatonal, inclusiva y repleta de verde
Gracias a la reforma realizada por el consistorio durante los últimos meses, la plaza de Santa Engracia luce más que nunca como un lugar perfecto para el deleite de muchos transeúntes que la recorran a diario, y que podrán detenerse a apreciar la basílica y su estilo renacentista, sin olvidar tampoco otros atractivos en sus alrededores.
Según explican a través de un comunicado oficial, «la plaza de Santa Engracia será a partir de ahora peatonal e inclusiva gracias a su plataforma continua de granito gris, sobre la que cobran especial protagonismo los elementos naturales».
En la misma nota de prensa agregan que se han ajardinado otros 380 metros cuadrados, plantando ocho árboles nuevos de poco porte, 200 arbustos de flores y numerosos ejemplares de otras especies, varias de ellas de tipo tapizante.
Esto, atendiendo a los criterios tanto de accesibilidad como ambientales que forman parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, y que suponen corredores libres de obstáculos, la posibilidad de que opere algún servicio de emergencia, etc.
El busto de Joaquín Costa recupera su color original
Otra gran noticia es que el busto de Joaquín Costa ha recuperado su color original, el que pensó en su momento su autor, el escultor de Rubielos de Mora José Gonzalvo Vives.
Para eso, hizo falta la intervención tanto del propio busto como del pedestal, una actuación que corrió por cuenta de la Unidad Técnica de Restauración del Servicio de Cultura y de la Brigada de Canteros del Ayuntamiento de Zaragoza, con la colaboración de la Unidad Técnica de Patrimonio Cultural. Los buenos resultados logrados están a la vista.
