En febrero comentamos que la recaudación por multas de tráfico había subido un 20% en pandemia, cifras curiosas teniendo en cuenta que la circulación en la calle de las ciudades, por las razones de público conocimiento, se había reducido hasta límites casi inimaginables.
Ahora, varias semanas más tarde, nos encontramos con una serie de datos de la Policía Local que no hacen más que confirmar aquellos datos, indicando que Zaragoza ha duplicado las multas por exceso de velocidad en un año, por increíble que sea.
En 2019, se habían registrado un total de 30.042, mientras que en 2020 se alcanzaron las 74.367 infracciones, lo que tiene su explicación también en estas circunstancias.
¿Cuáles son las causas de esta nueva realidad?
Lo que ocurre es que, si bien el tráfico de automóviles ha disminuido muchísimo, se multiplicaron varias veces otras incidencias, relacionadas con los nuevos radares multicarril y el mayor control de la velocidad, con especial énfasis en calles con máximas de 30 km/h.
Hay que considerar, además, que la modificación del Reglamento de Circulación que obliga a todas las ciudades de España a reducir a menos de 50 km/h la velocidad en las calles de un único sentido o de un carril por sentido y que está vigente a nivel nacional hace unos días, forma parte de la Ordenanza de Movilidad del 2009 en la capital aragonesa.
Igual cantidad de choques, pero menos graves
Paradójicamente, esa decisión adoptada por las autoridades, que ha supuesto el constante incremento en las multas por exceso de velocidad, no se ha traducido al mismo tiempo en una menor siniestralidad: los años «normales» estamos en torno a los 3.000 accidentes.
Aunque no puedan evitarse los siniestros, estas normativas ayudan a reducir la gravedad de los mismos. Josán Chanca, jefe de Servicio de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, ha explicado que «circulando a 50 km/h, las posibilidades de que un atropello sea mortal son del 80%, mientras que si el coche lo hace a 30 km/h son del 20%»
Los VMP comienzan a ser representativos
Históricamente, los hechos que tenían como protagonistas a los vehículos de movilidad personal y bicicletas, representaban un porcentaje menor del total. La mayor adopción de soluciones de esta clase hace que los conductores de autos deban estar más atentos.