Zaragoza quiere alejar las casas de juego y apuestas de los colegios

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En días en los que existe una gran preocupación por el aumento de casos de aislamiento social entre los menores, las autoridades de Zaragoza se han comprometido a reducir riesgos, y para ello quieren alejar las casas de juego y apuestas de los colegios.

El caso es que el Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza modificará el Plan General de Ordenación Urbana -PGOU-, a fin de prohibir terminantemente la instalación de esta clase de establecimiento en las inmediaciones de sitios donde se concentran jóvenes.

A través de un comunicado oficial, fuentes del Consistorio han señalado que pretenden, concretamente, «prohibir la instalación de locales de juego y apuestas a menos de 300 metros de distancia de zonas verdes, equipamientos e instalaciones con afluencia infantil, adolescente o juvenil», una demanda de hace tiempo por parte de padres y organizaciones.

En tal sentido, será el consejero Víctor Serrano quien traslade, a la próxima Comisión de Urbanismo, la propuesta de modificación aislada número 181 del PGOU.

Entre otras cuestiones, allí se deja de manifiesto que buscarán «no admitir la apertura de nuevos locales de juegos de azar y apuestas por dinero situados a menos de 300 metros de parques, jardines o áreas de estancia o de juegos infantiles o juveniles».

Un círculo de seguridad para nuestros hijos

¿Y cómo se determinará el mismo? Muy fácilmente: trazando un círculo de 300 metros de radio, cuyo centro serán las puertas hacia vías de uso público de cada uno de los espacios. Eventualmente, los espacios que dispusieran de dos o más puertas hacia vías de uso público, contarán con varios círculos de seguridad imaginarios.

Por supuesto, hay que aclarar que esta medida no afectará a los locales de juego y apuestas que fueron autorizados conforme a la ley al momento de su apertura y que, ahora, se hallen a una distancia menor de la exigida para las nuevas instalaciones.

El propio Serrano indicó que, de tal modo, aspiran a preservar «la condición de lugares seguros para jóvenes y niños, en cuyas inmediaciones no se desarrollen actividades que puedan fomentar conductas adictivas con graves consecuencias psicológicas y sociales».

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