En su momento estuvimos hablando acerca del rol preponderante que ocupaba Zaragoza en la lucha contra el coronavirus, teniendo en cuenta que la capital aragonesa se ha erigido como el hogar de la primera mascarilla higiénica reutilizable de España.
Esa circunstancia, que se debe al trabajo de la firma Making Mask, está a punto de dar un nuevo paso adelante, dado que sus trabajadores ya no se encargarán sólo del elemento básico para protegernos del virus, sino también de algunos complementarios.
De acuerdo a lo que informa en las últimas horas ElHeraldo, los expertos de empresa zaragozana se pondrán al frente de la producción de monodosis de gel desinfectante, también conocidos como sticks, dada la gran presión que existe sobre ellos.
Ángel Aparicio, director general de Making Mask, explicó al respecto que se han marcado el objetivo de «algo que se lleva demandando desde que se inició la pandemia, especialmente en el sector servicios y la hostelería», donde se mantienen estrictos protocolos.
Por su parte el director técnico de la compañía, Lorenzo Domínguez, aseguró que pretenden «lanzarlo el próximo mes y que el envase sea de plástico biodegradable», algo fundamental atendiendo a los actuales esfuerzos de la capital en asuntos de sostenibilidad.
Una inversión de más de 500.000 euros y el apoyo de las autoridades
Claro que, para que esta iniciativa sea posible, Making Mask invertirá otros 70.000 euros a los 500.000 euros que ya dispuso para las mascarillas higiénicas reutilizables. Hay que recordar, al mismo tiempo, que de aquellas llevan vendidas 800.000 unidades hasta ahora.
Jorge Azcón, alcalde de Zaragoza, visitó recientemente sus instalaciones, remarcando ante los medios «la valentía de estos emprendedores zaragozanos y la suerte que un producto con cualidades verificadas de calidad y sostenibilidad se fabrique en nuestra ciudad».
Con los sticks, esta firma también podría terminar de consolidarse a nivel nacional, ya que es una de las pocas capaces de responder a las necesidades de cuidados que tenemos en muchos de los espacios públicos de los que frecuentamos. Y, además, de las únicas que lo están haciendo con una patente propia que funciona y ayuda a reducir costes.
