La Filmoteca de Zaragoza, famosa entre otras cosas por ser la sede de las distintas ediciones del Festival de Cine de la capital aragonesa, está de aniversario.
Es que uno de los principales exponentes de la cultura local se encuentra cumpliendo sus primeras 40 décadas de vida a lo largo de este año, tratándose de una excelente ocasión para rememorar algunos de sus hitos más importantes a lo largo de la historia.
Por ejemplo, una de las primeras cosas que podemos tener en cuenta es que se trató de uno de los primeros espacios en su clase en abrir las puertas en todo el territorio español.
Un estandarte en la vigilancia del séptimo arte zaragozano
Asimismo, fundamental resultó la labor en la dirección del centro de Leandro Martínez, hoy jubilado, y posteriormente Toña Estévez, su mandamás actual. Gracias a ellos, el departamento de Difusión y Exhibición de la Filmoteca de Zaragoza ha podido llamar la atención de los vecinos, dejándose sorprender por su Investigación y Archivo.
Y ahí es cuando aparece su infinidad de películas, además de publicaciones relacionadas, programas de mano, cartelería de cine y otros materiales de enorme valía para los fanáticos de este tipo de producciones, siempre en torno a los autores regionales.
«Desde 1989 el departamento de Investigación y Archivo ha tenido como objetivo la recuperación, catalogación, clasificación y conservación del cine español, especialmente el referido a temas y autores aragoneses», resume la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Un proyecto que se demoró, pero bien valió la pena
Lo que muchos no saben, sin embargo, es que los primeros intentos de disponer de una cinemateca municipal se dieron hace casi un siglo, en 1930. Por aquel entonces, sin embargo, la falta de apoyo y el difícil acceso a la tecnología llevó al fracaso de la idea.
Pero no por tanto tiempo. Durante los años ´70, los seguidores de directores y actores que habían desarrollado una increíble pasión acerca de este modo de expresión, comenzaron a reunirse alrededor del Cineclub Saracosta, dando paso primero a la Asamblea de Cultura de Zaragoza y, para 1981, a la Filmoteca de Zaragoza como la conocemos hoy.
