Los Bomberos de Zaragoza contarán con una nueva unidad de intervención con drones a partir de septiembre. A finales de dicho mes contará con 18 pilotos titulados y actualmente el cuerpo cuenta con dos de estos aparatos, aunque está prevista la incorporación de más modelos.
El objetivo principal de la nueva unidad es minimizar el riesgo de los agentes y agilizar las operaciones.
Estos drones son capaces de volar a 30 metros de altura con una autonomía de 30 minutos y pueden ser utilizados en numerosas intervenciones gracias a sus aplicaciones.
Pueden señalizar zonas calientes en un incendio industrial para advertir a los agentes desplegados; delimitar con precisión las hectáreas inundadas en una riada, perimetrar un incendio forestal o incluso destruir un nido de avispa.
También resultan eficaces en accidentes con sustancias químicas, para evitar situaciones de riesgo a los bomberos, o en la búsqueda de una persona desaparecida.
En una demostración realizada en el día de ayer ante el alcalde de Zaragoza realizada por el piloto titulado Sergio Andrés Blanca, quedaron demostradas las amplias ventajas que tiene su utilización.
El dron voló sobre una superficie de 2,2 hectáreas en nueve minutos y realizó 67 fotografías en alta resolución para su análisis posterior en el parque de bomberos. Las fotografías están georreferenciadas, por lo que se manda la ubicación exacta a las ambulancias para su desplazamiento.
Múltiples ventajas
Otra de las ventajas de su uso es que la búsqueda no se detiene por la noche, ya que el rastreo no termina hasta que se detectan indicios que llevan, por ejemplo, a la persona desaparecida.
Pueden alcanzar una velocidad de hasta 75 kilómetros por hora y están equipados con una cámara térmica y una cámara zoom que graba las imágenes en alta definición.
Sus aplicaciones futuras son numerosas, ya que admiten complementos tecnológicos, como sensores olfativos, que podrían ser muy útiles en la búsqueda de cadáveres, o un altavoz. «Podemos grabar la voz de los padres en la búsqueda de un niño para indicarle qué hacer o para tranquilizarlo», puso como ejemplo el jefe de la Unidad de Intervención, Jesús Araguás.
Además, como argumenta Araguás, su utilización es mucho más barata que la de un helicóptero y no se pone en riesgo la vida de nadie.
Actualmente, la unidad cuenta con cuatro pilotos tutelados, pero gracias a la formación se espera llegar a 18 a finales de septiembre.
