Un buen inquilino es aquel que paga el alquiler a tiempo y quien cuida la casa como si fuera suya, manteniéndola en perfecto estado y disfrutando de ella con respeto. Pero como no siempre es así, es recomendable contratar un seguro de impago de alquiler; póliza que le permite al casero recuperar su vivienda en caso de impago y compensar los daños en caso de que el moroso haya causado desperfectos. De ahí que este tipo de coberturas esté teniendo éxito. De acuerdo con cifras del Observatorio en España de los Seguros de Alquiler (OESA), en 2017 hubo un crecimiento de un 31%.
No obstante, lo ideal es dar con el mejor y por ello, queremos compartirte ciertas estrategias que puedes aplicar antes de alquilar tu vivienda. ¡Presta atención!
- Publica un anuncio completo y con información suficiente sobre el tipo de vivienda, sus espacios, las características de la zona donde está ubicada, las condiciones económicas, etc. Si desde el principio queda bien definido cuál es el tipo de inquilino o inquilinos que estás buscando será mucho más sencillo.
- Es fundamental conocer la situación de los inquilinos. Una buena idea es planear un encuentro informal en la propia casa, donde puedas hablar de forma cordial y conocerse mejor. Es importante saber cuáles son los planes de los arrendatarios a corto y largo plazo. Por ejemplo, si se mudarán a otra ciudad, si tienen pensado vivir ahí durante mucho tiempo, si tienen un trabajo estable, si tienen mascota, etc.
- Aunque no es un plato de buen gusto, es fundamental asegurarse de que los inquilinos tengan una situación económica estable, que les permite alquilar la vivienda sin problemas. Para ello puedes pedirles información sobre su nómina, un aval bancario, una fianza, etc.
Finalmente, sea como sea tu inquilino, si quieres que cuide de tu casa, tú debes cuidar de él. Mantén siempre una relación amable y cercana, en la que la comunicación sea fácil. Si tiene algún problema, serás el primero en saberlo. Sé generoso con las necesidades de la vivienda: arreglos, reformas, averías, etc. Si tu inquilino o inquilinos se sienten cómodos, cuidarán de la casa y querrán vivir allí el máximo tiempo posible.