A solo 3 horas en coche de las principales capitales, Madrid y Barcelona, y con conexión AVE y aeropuerto, Zaragoza se perfila como un destino idóneo para una escapada express de 2 días. Con un enorme patrimonio histórico y monumental, la capital de Aragón cuenta además con una variada oferta cultural y de ocio que la sitúan como un referente año tras año. Reserva ya tu hotel o apartamento en Zaragoza y descubre la ciudad con esta rápida guía que hemos preparado:
Cultura y gastronomía se dan cita en nuestro primer día en Zaragoza
Si hay algo que define a Zaragoza y que inevitablemente va ligado a la fama de la ciudad es la Basílica del Pilar. De estilo barroco, está considerada como uno de los centros de peregrinación más importantes de la religión católica. En su interior se pueden contemplar obras de gran valor y de diferentes épocas, especialmente los frescos pintados por Goya, además de la famosa Virgen que da nombre al templo. La entrada a la basílica es gratuita y puede visitarse de lunes a sábado en horario de 6:45 a 20:30h o domingos y festivos de 6:45 a 21:30h.
Además, en una de sus imponentes torres se puede ascender a un bonito mirador desde el que contemplar una vista panorámica de Zaragoza. El precio del ascensor para subir son 3€ o gratis para niños de 0 a 9 niños.
La Basílica preside la Plaza del Pilar por la que conviene no pasear en las horas de más calor dada su extensión. En esta misma plaza encontramos el Palacio de la Lonja, la construcción civil más importante del siglo XVI en Aragón, que alberga numerosas exposiciones a lo largo del año, y la catedral de San Salvador (La Seo). La visita a estos tres monumentos nos llevará toda la mañana por lo que ha llegado la hora de parar a comer.
La gastronomía maña se caracteriza por su tradición, típica del interior de España. El ternasco asado, el pollo al chilindrón o bacalao al ajoarriero son platos contundentes que encontrarás en casi cualquier restaurante típico, y sin duda, cualquiera de ellos nos dará fuerzas para continuar con nuestra visita.
Para reposar la comida, podemos coger el Bus Turístico que recorre la ciudad hasta el palacio musulmán de la Aljafería, declarado Patrimonio de la UNESCO y sede actual de las Cortes de Aragón. Se trata de un palacio taifal del siglo XI con una singular belleza en la que destacan las extraordinarias tallas en madera en forma de alfarjes y la espectacular techumbre de madera dorada y policromada del salón del trono de la época de los Reyes Católicos. En verano hay visitas guiadas todos los días abre todos los días de 10 a 14h y de 16:30 a 20h aunque si vas un jueves o un viernes corres el riesgo de encontrártelo cerrado al celebrarse sesión plenaria.
A media tarde disfrutaremos de un paseo a orillas del río Ebro hasta el Puente de Piedra, donde conseguiremos la instantánea más bonita y típica de Zaragoza con el Pilar de fondo.
Para acabar el día nos dirigiremos al Tubo, zona de tapas por excelencia de Zaragoza con un ambiente único que debe su nombre a las estrechas calles que rodean y atraviesan el casco antiguo de la ciudad.
Museos por la mañana, naturaleza por la tarde para nuestro segundo día en Zaragoza
Arrancamos el segundo día con una visita al Museo Goya Colección Ibercaja para conocer la obra de este genial artista y continuar la mañana con más arte eligiendo entre el Museo Pablo Gargallo, el Museo de Zaragoza o el curioso Museo Origami. Esta última opción es muy recomendable si viajas con niños al igual que el Museo de Ciencias Naturales o los Museos Arqueológicos.
Tras la mañana de museos, recuperamos de nuevo el aliento y descansamos acompañados de una migas aragonesas o unas borrajas con patatas. Y si aún no hemos tenido tiempo, no podemos dejar de probar las típicas frutas de Aragón, confitadas y envueltas en chocolate.
La tarde la dedicaremos a descubrir las zonas verdes de Zaragoza. El Parque José Antonio Labordeta o el Parque del Agua Luis Buñuel son algunos de los más conocidos. Este último cuenta incluso con una playa artificial y ofrece actividades deportivas para practicar en familia.
Como ves, en Zaragoza abundan los planes y lo mejor es que todo se encuentra a distancias que pueden recorrerse cómodamente andando. Por eso, lo más recomendable es alojarse en un hotel o apartamento en Zaragoza centro como Los Girasoles, en plena Avenida de César Augusto. Además, para tu última noche te recomendamos cenar en su restaurante terraza con vistas al Pilar. El broche de oro a una visita express que, seguro, te dejará con ganas de más.