Algo que muchos españoles no tomamos demasiado en cuenta es la importancia del colchón para nuestra salud y bienestar.
Así lo constata una investigación relativamente reciente que da cuenta de que cambiamos nuestros colchones cada 13 años como promedio, cuando la recomendación más frecuente, seguida por la mayoría de los europeos, es que debemos cambiarlos tras 10 años, aunque no tengan huecos y nos parezcan sanos.
Podría sonar alarmista o algo irrelevante, pero no lo es. Los especialistas aseguran que un buen colchón es el mejor aliado para tener ese descanso verdaderamente reparador que todos necesitamos, por lo que cambiarlos a su tiempo y escogerlos de acuerdo a cada cuerpo son acciones de importancia para la salud. Por ello, te proponemos echar un vistazo a los tipos de colchones por los que podemos decantarnos a la hora de hacer el cambio.
De espuma visco elástica
Los colchones de espuma viscoelástica son los mejores que podemos escoger si buscamos una adaptabilidad perfecta a nuestro cuerpo, gracias a su capa inferior ancha de espuma de alta densidad, que favorece el mantenimiento de una firmeza sólida y bien equilibrada sin que esto vaya en detrimento de una agradable suavidad en el contacto.
Esta perfecta armonía es la que hace a los colchones viscoelásticos una gran opción para aquellos que solemos levantarnos con dolores cervicales tras dormir y otros trastornos musculares. Su adaptabilidad al cuerpo y su amoldamiento a las distintas presiones que hacemos sobre él, harán que en poco tiempo cualquier dolencia de las citadas desaparezcan, a menos que se deban a otra causa.
En contra de los viscoelásticos, como todo lo de calidad, está su precio, aunque se pueden hallar atractivas ofertas.
De látex
La calidad o más bien la comodidad de un colchón de látex está en dependencia de su composición. Podemos encontrarlos totalmente de látex natural o sintético, pero estos no son los mejores, ya que lo mejor con los colchones de látex, como nos asegurarán en la tienda online ColchonClub, de referencia, es una composición mixta y equilibrada entre las dos clases de látex.
Si se halla esta combinación perfecta y se cuida bien el colchón, veremos como tal vez no tengamos nada que envidiarle a un viscoelástico, pues también con este colchón gozaremos de una buena adaptabilidad al cuerpo, con los valores añadidos de que suelen durar bastante, son hipoalergénicos y no tienden a deformarse con facilidad como uno de muelles por ejemplo.
Lo menos positivo, al igual que el caso anterior, es su precio y su poca transpirabilidad.
De muelles
Sin dudas, son los más conocidos y tradicionales, además de ser los más asequibles por su precio.
En comparación con los anteriores tal vez sean los menos buenos, pero si nos esforzamos por conseguir uno de firmeza intermedia, la idónea, y lo cuidamos con esmero, tendremos también un amigo para gozar de descansos placenteros.
Características importantes de los colchones de muelles son su buena transpiración, sus reacciones positivas frente a la humedad y su resistencia al tiempo.
Lamentablemente no disponen de varias resistencias que se adapten u amolden al cuerpo del durmiente, ya que la totalidad de los muelles no ceden al unísono. Esto genera diferentes presiones y relieves que inciden en las posturas que asumimos al dormir.
No obstante, por el precio puede ser la opción que tengamos a mano, así que escojámoslo con criterio.