Durante siglos se han utilizado algunos materiales de origen animal para la realización de objetos de adorno. Entre ellos se halla el marfil, procedente del colmillo de los elefantes, cuya comercialización está actualmente prohibida para evitar la caza indiscriminada. También destacan por su belleza el carey, proveniente del caparazón de una especie de tortugas, y el nácar, que se obtiene de la concha de algunos moluscos. A la hora de mantener y reparar estos materiales semipreciosos se deberá tener en cuenta el valor y la antigüedad de las piezas. Desde Cerrajeros en Oviedo te explicamos la diferencia entre ambos.
Mantenimiento del Marfil
- El marfil, procedente del colmillo de los elefantes, se ha empleado tradicionalmente para realizar objetos tallados. Las pequeñas piezas se han utilizado también para hacer incrustaciones y marquetería en muebles de madera u objetos de metal.
- Para la limpieza rutinaria bastará con pasar un paño suave con el que quitar el polvo y reavivar el brillo natural. En las piezas talladas se utilizará un pincel, que eliminará fácilmente el polvo acumulado en ellas.
- Si el objeto está muy sucio, se deberá pasar un paño humedecido en agua jabonosa (no se puede sumergir ni empapar el marfil, ya que podría agrietarse).
- Para reavivar el brillo y evitar que las piezas de marfil se resequen, conviene frotarlas periódicamente con un algodón impregnado en aceite de almendras.
- El marfil, al envejecer, va cambiando de color y adquiriendo una tonalidad ámbar. Aunque se puede volver a blanquear frotándolo con blanco de España disuelto en alcohol de quemar, no es recomendable hacerlo, ya que estas pátinas revalorizan los objetos.
- La oscuridad amarillea el marfil y el ambiente seco lo agrieta: por ello no conviene guardar las piezas valiosas en lugares sin luz ni envolverlas en telas o papeles absorbentes.
- En caso de rotura, los objetos de gran valor deberán enviarse a un restaurador. Los pegamentos epoxy (que se pueden teñir del mismo color que el marfil) o los adhesivos rápidos de cianoacrilato servirán, sin embargo, para hacer pequeñas reparaciones.
Mantenimiento del hueso
- El hueso, procedente de 1a estructura ósea de algunos animales, puede tallarse y trabajarse de forma parecida al marfil, con e1 que a veces se confunde. Igual que éste, se utiliza para hacer tallas e incrustaciones, además de mangos para cubiertos y herramientas.
- El mantenimiento de este material es muy semejante al del marfil: no conviene mojarlo ya que, cuando está húmedo, se parte con facilidad. Obviamente, los cubiertos con mangos de hueso no pueden lavarse en el lavaplatos. Bastará con sumergirlos rápidamente en agua jabonosa y secarlos con un paño para evitar s_ que el hueso se empape.
- También es conveniente frotar este material periódicamente con aceite de almendras, ya que evitará que se reseque y potenciará su brillo.
Cuerno y asta
- Los diferentes tipos de cuernos y astas de origen animal se utilizan, además de como trofeos de caza, para realizar objetos decorativos y mangos de cuchillos o navajas. Las astas, cuernos y trofeos de caza se limpian con .agua jabonosa con amoniaco.
- Si se desea volver a blanquear las piezas que se han oscurecido, se pasará por ellas un paño impregnado en agita oxigenada. Aclarar, a continuación, con agua limpia.
- Para evitar que se resequen y reavivar su brillo, se pueden frotar con unas gotas de aceite de oliva.
- Los cubiertos y navajas con mango de cuerno o asta no deben meterse en el lavaplatos, ya que los detergentes los vuelven opacos, porosos y quebradizos. Habrá que lavarlos a mano, evitando que se empapen.
Nácar
- También llamado madreperla, es el depósito que algunos moluscos producen dentro de sus conchas. De color blanco iridiscente, se usa sobre todo para hacer botones. adornos o incrustaciones de marquetería.
- Para limpiar el nácar se utiliza sólo agua jabonosa (no se emplearán productos ácidos ni amoniaco, ya que lo dejan mate). Se aclara con agua salada. Luego, se puede aplicar un poco de aceite de oliva para abrillantarlo y protegerlo.
- No se deben dejar en remojo ni meter en el lavavajillas los cubiertos con mangos o incrustaciones de nácar.
- Las piezas rotas se pueden pegar con un pegamento rápido de cianoacrilato.
Carey
- Es un material flexible procedente del caparazón de la tortuga marina. Generalmente se corta en láminas finas para recubrir objetos de lujo. Tradicionalmente se utilizaba para realizar joyas, peines y peinetas. Es un material muy frágil, que si no se cuida correctamente, se deteriora con facilidad.
- Los objetos de carey se pueden limpiar con una mezcla compuesta por medio litro de agua, una cucharada sopera de amoniaco v una cucharadita de bicarbonato. Se frotará la pieza con cuidado antes de sacarle brillo con una gamuza.
- El primer signo de deterioro del carey es la aparición de unas pequeñas manchas de color blancuzco mate, que indican que se está secando. Cuando esto ocurre, el carey se vuelve muy quebradizo. Para evitarlo, conviene aplicar periódicamente un poco de aceite de almendras.
- Aunque las piezas partidas se pueden volver a pegar con pegamentos epoxy, lo ideal es reforzar la zona reparada con una tira del mismo material, ya que tenderá a romperse de nuevo.
Limpieza de incrustaciones
El marfil, hueso y nácar se utilizan con frecuencia para hacer incrustaciones y adornos de marquetería en muebles v objetos de madera. A menudo las ceras y los tintes manchan y deterioran estos materiales. Para limpiarlos, se deberá proteger la madera con cinta de pintor, lo que permitirá limpiar y blanquear las incrustaciones sin temor a dañarla.
1. Cubrir la zona a limpiar con unas tiras de cinta de pintor y recortar con una cuchilla la silueta de las piezas incrustadas (teniendo cuidado de no dañar la madera).
2. Limpiar y blanquear las incrustaciones (tal y como se ha indicado en cada tipo de material) usando un bastoncillo de algodón.