Taller intensivo sobre biografía humana: Los septenios

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Taller de todo el sábado 19 de Marzo en el centro Joaquín Roncal. Descubre tu biografía.

En su travesía por cada etapa de siete años, el ser humano va en busca de la esencia que trasciende todas las limitaciones. Empieza desarrollándose en el seno de una familia y de cierta ideología cultural y social pero su personalidad, a partir de los 28, puede crecer interiormente en torno a valores que son verdaderamente globales, universales.

En su primera fase desde el nacimiento hasta los seis y medio o 7 años, apenas es consciente del mundo que le rodea. La vitalidad de los padres es determinante. La apertura del niño hacia toda su experiencia sensorial va a configurar los órganos de su sistema físico y su manera de integrarse en el medio ambiente. Las personas de su qcontexto vital forman un filtro que restringe aquellas influencias eventualmente nocivas o poco saludables. y le aportan un ritmo cotidiano de asimilación .

A partir de los 7 años, se apoya en la propia vitalidad -empieza a relacionarse más allá del entorno estrictamente familiar para recibir impresiones-  aprende de otras personas de referencia; acepta las influencias y tareas que le ofrecen, pues quiere saber qué meta ple corresponde al ser humano. Valora la capacidad de ser justo; una inquietud le hace mirar más allá de los límites de su propio entorno doméstico. Aprende a reconocer el intrincado entramado de los valores sociales y su curiosidad por lo, desconocido va en aumento.

Desde los 14 hasta los 21 -puede ser diferente el tramo para cada individuo, de hecho ya apunta a los 12- late en él o ella una presión por hacer las cosas de un modo diferente. Su motivación por afirmar sus propios impulsos atraviesa la influencia de los padres. Conocer por sí mismo es fundamental para el adolescente para alimentar los sueños más audaces, otear horizontes inalcanzables …pues un poderoso deseo de encontrarse.
Esta serie de etapas desarrollan las potencialidades del ser humano. La  infancia es similar a las raíces en un árbol. En la adolescencia florecen emocionantes los destellos de una renovación intensa. Busca el brillo de las cualidades y las promesas que contiene una vida humana. Si encuentra buenos ejemplos, coherentes y solventes podrá crecer el idealismo. Si no hay un interés por otros, por lo que está desvalido o una meta digna, entonces surgen comportamientos explosivos, decepciones y confrontaciones que estimulan a buscar todavía más lejos con nostalgia.

Atravesando los 21 el ser humano entra en su fase más importante. Empieza a formar su propia concepción de las cosas. Por supuesto que se nutre de las experiencias vividas y de lo que le rodea, pero ahora concibe con su propia mentalidad: se hace autónomo respecto a las ideas que le dieron y  tomar sus decisiones. Necesita poner el toque final a todo su proceso de crecimiento y formación. ¿Cual es la diferencia personal que imprimo a mi vida? La aspiración por valores universales le permitirá gestar una meta propia e independiente de las circunstancias. Si todo va bien, él o ella se hace consciente de encarar una elección, su proyecto de vida.
A partir de los 28, con todo el enorme bagaje y capacidades, el ser humano se une a su meta de manera exclusiva.¡Traza un camino de vida distinto a todos los moldes y patrones exteriores!. Lo ilimitado de sus anhelos le empujan an una búsqueda fundamental ¿Quiene dispone de valores interiores ?
Intentos sostenidos o desordenados por asentar esos valores marcarán su vida hasta los 49. ¿Obedecerá o no a sus propias intuiciones?

Este sendero de siete septenios continúa pero otra vez hacia fuera, pues se van a manifiestar los resultados obtenidos.-

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