Ruta del Cid

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En los siglos XI-XII la Taifa de Zaragoza fue una de las más importantes de Al-Ándalus además de centro artístico e intelectual.

En su destierro desde tierras burgalesas hacia Levante, el Cid marcha entre las vegas de los ríos Jalón y Jiloca.

El itinerario cidiano en la Provincia de Zaragoza revela la importancia del agua en la Edad Media. La disponibilidad de agua para las caballerías, las huertas ricas en las que cobrar tributos y los entramados de acequias y los ríos –defensa natural contra el avance del enemigo- facilitaron su paso por estas tierras.

DarocaEl camino entra en Zaragoza siguiendo el cauce del Jalón, la primera noche acampó entre Ariza –conserva restos medievales en el castillo y en la muralla- y Cetina –actualmente famosa por su tradicional Contradanza celebrada en años alternos en el mes de mayo-. Al día siguiente siguió hacia Alhama, localidad famosa por sus aguas termales y hoy destino turístico de muchos balnearistas, y Ateca donde acampó antes de conquistar el castillo de Alcocer.

Desde Ateca se puede seguir el camino por carretera hasta Terrer donde destaca la torre mudéjar bellamente decorada en ladrillo y Calatayud que conserva la puerta califal de la muralla del s.X, la ciudad romana de Bilbilis y un completo patrimonio histórico-artístico.

El camino por carretera sigue hasta Daroca por el río Jiloca, afluente del Jalón. La ciudad medieval fue fundada por árabes yemenís en s.VIII, conserva el recinto amurallado, puertas, una iglesia románica, pinturas góticas y arte mudéjar.

Según el Cantar, tras vencer a los musulmanes en Alcocer, el Cid evitó pasar por las grandes poblaciones de estas vegas y huertas por lo que se cree siguió un itinerario senderista desde Ateca por la sierra de Pardos pasando por la bella Munébrega y llegando igualmente a Daroca.

GallocantaMuy cerca instaló su base de operaciones en la Laguna de Gallocanta, hoy centro de observación de grullas, paraíso ornitológico de Europa.

 

Más información: www.caminodelcid.org

 

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