La limpieza en las calles de Zaragoza va por barrios

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La percepción de la limpieza de las calles de Zaragoza varía en función de la subjetividad de quienes la perciben algunas veces y la contundencia de los datos, otras. En lo que estos últimos respecta, los recortes aplicados en el 2011 y 2012 llevaron a reducir el gasto en un 15% y se ha traducido en que la imagen que ahora ofrecen los espacios públicos vaya en función de los barrios que se atienden. Son más zonas a cubrir con el mismo personal, unos 600 trabajadores, y con reducción de servicios, lo que hace redistribuir efectivos por barrios que hace solo ocho años ni siquiera entraban en los partes de trabajo. Parque Venecia, Arcosur, también Valdespartera… La ciudad se ha expandido pero la dotación no ha crecido al mismo ritmo, lo que se traduce en un resultado desigual.

Son más de 2.000 quejas, avisos y sugerencias las que se acumulan en el buzón del ciudadano disponible en la web del ayuntamiento. Unas 130 alertas diarias recibe la empresa, FCC, para atender reclamaciones vecinales que no siempre tienen que ver con barrer las calles.

MENOS CRISIS, MÁS TRABAJO

La recogida de muebles, por ejemplo, también entra entre sus cometidos y está remontando sus cifras en los últimos dos años. La crisis económica hizo que la estadística de 250 servicios cada día bajara a 130 –había menos reformas–, y ahora vuelven a rondar las 200 en cada jornada de trabajo.

Otros dejaron de prestarse, como la retirada de hojas secas durante el otoño, para ahorrar. Y se nota. Las hacían brigadas especiales como las que ahora se ocupan de los grafitos y las manchas en el pavimento de aceras y calzadas –hay 13 equipos específicos hoy–, o de retirar los carteles que llevan años fijados a las paredes o se considera que las ensucian.

Su misión hoy va más allá de barrer las calles pero el personal es idéntico, 600 empleados en tres turnos, de los que 291 llevan escoba y cubo en el carrito. Parten de los 30 centros de trabajo desde los que se sectoriza el trabajo, igual que las 38 cubas de baldeo que adecentan los espacios públicos. Los puntos de atención cambian «según la moda», explican desde la contrata. No es la misma la que recibe la zona del Royo, en otro tiempo lugar de marcha nocturna en Zaragoza, que la que puede dispensarse hoy a La Magdalena tras un jueves de Juepincho en el que miles de ciudadanos visitan decenas de bares en busca de pincho y bebida por dos euros.

Los mismos metros cúbicos de agua (entre 3,5 y 20 por cuba) riegan ahora diferentes calles eliminando desperdicios. Tampoco las zonas comerciales de mayor afluencia son las mismas, ni el esfuerzo que requieren en limpieza. Ni las barredoras de aceras que pasqan después, ni las brigadas de nueve personas que acuden a sitios puntuales alertados por el ayuntamiento, los vecinos o los propios trabajadores. A eso se suman los desbroces de caminos y parterres o, en casos excepcionales como la crecida del Ebro, el plus de esfuerzo que ramas y basura que deja el río obligan a realizar para mantener adecentadas las riberas en ambas márgenes a su paso por la capital aragonesa.

SENSIBILIZACIÓN

Son solo algunas de sus obligaciones en un contrato que el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) se plantea, según explicaron fuentes oficiales de Alcaldía, mejorar económicamente la partida del presupuesto en el 2017 con el objetivo de reforzar la atención en las zonas más desatendidas hoy. Mejorar el servicio y equiparar el trato que se dispensa a todos los distritos. Y hacerlo al mismo tiempo que se lanza una campaña de sensibilización y concienciación ciudadana para reforzar el compromiso con la limpieza.

Se hará en breve, explicaron, a la vez que se actúa contra una de las mayores preocupaciones que existen hoy respecto a la buena imagen de la vía pública: los excrementos de perros. El responsable de Servicios Públicos en el consistorio, Alberto Cubero, quiere que la Policía Local colabore en la identificación de los dueños de canes que no recogen las cacas de los animales. A través del ADN del animal se dará con el propietario que es responsable de retirarlas.

Son medidas en una ciudad como Zaragoza donde la carga de trabajo va por barrios. La contrata destaca el centro de la capital como foco de máxima actividad en la limpieza, pero también los barrios tradicionales, como San José, Las Fuentes, Delicias o el Arrabal. Son los más populosos y donde más desperdicios se generan en la vía pública.

Una suciedad que crece o mengua, destacan, a golpe de crisis económica. Más carencias, menos basura. Brotes verdes, más desperdicios a recoger. Sus datos así lo demuestran.

UN 14,3% MENOS

En Zaragoza hoy se recogen 105.900 kilos de basura diarios menos que en el año 2008, antes de la crisis económica. Los 635.000 al día actuales, representan un descenso del 14,3% con respecto a lo que se retiraba hace ocho años en una ciudad –eran 740.900 entonces– en la que apenas se han notado cambios demográficos, pero sí urbanísticos, con una expansión hacia el sur y nuevos barrios que requieren de nuevas necesidades que cubrir. Eso hace que, siendo menor el volumen de residuos, contar con el mismo personal no se traduce en mayor eficacia. No al menos en todos los distritos de la capital.

Desglosando estas cifras, el mayor descenso se ha registrado en la basura orgánica, la que no es para reciclar. Los 643.000 kilos diarios que se recogían en el 2008 son ahora 557.000. Son 86.000 menos, un 13,4% de disminución en los registros.

Desde el punto de vista del reciclaje, la capital aragonesa ofrece una de cal y otra de arena. Hoy, por ejemplo, se recogen 600 kilos diarios más de envases ligeros, ha pasado de 22.000 a 22.600. En vidrio, los datos prácticamente son calcados a los del 2008, los 20.300 kilos diarios son ahora 20.200. Pero es el cartón y el papel donde se han desplomado los datos, pasando de 55.600 kilos diarios a 35.200 en ocho años. Aunque hay que matizar que no se debe a una menor concienciación ciudadana con el medio ambiente, sino por el auge de la picaresca de quienes roban directamente del contenedor, un fenómeno que hace dos años causó alarma en el ayuntamiento y que hoy la Policía parece tener más controlado.

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