El museo Pablo Gargallo reúne algunas de las obras esenciales del pintor catalán Anglada-Camarasa

0
339

La muestra, creada expresamente para su exhibición en el Museo Pablo Gargallo de Zaragoza hasta el 31 de enero de 2010, reúne 27 obras.

CamarasaHermen Anglada-Camarasa (Barcelona, 1871; Port de Pollença, Mallorca, 1959) no sólo fue el pintor catalán más universal aparecido después de Marià Fortuny y antes de Joan Miró, también fue un artista atípico

El interés de la Obra Social «la Caixa» por la obra de Hermen Anglada-Camarasa viene de lejos. La Fundación «la Caixa» ha organizado numerosas exposiciones itinerantes para dar a conocer la obra del pintor en diferentes ciudades. Asimismo, CaixaForum Palma, que ocupa el edificio del antiguo Gran Hotel de Lluís Domènech i Montaner, se ha convertido en un centro de estudio y de divulgación de la obra del pintor, donde se presentan, además, grandes exposiciones dedicadas a los contemporáneos del artista y a las artes decorativas del modernismo. CaixaForum Palma dispone, además, de un espacio permanente de exposición de la obra del artista muy cercano a los paisajes que tanto amó y que le proporcionaron inspiración para muchas de sus pinturas.

La estética de Anglada-Camarasa. Colección Fundación «la Caixa», organizada por la Obra Social «la Caixa» y el Ayuntamiento de Zaragoza, nreúne una selección de obras pertenecientes a la entidad, declarada como Bien de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura en el año 2003.

Hermen Anglada-Camarasa ocupa un lugar singular en el arte de su tiempo. Fue considerado un gran maestro a nivel internacional por su modernidad en el tratamiento de la luz, el color y la temática. Tanto su técnica pictórica como la estética de sus lienzos resultaron, en su momento, muy innovadoras: gruesas pinceladas ondulantes que, con las mezclas de color directamente sobre la tela, a través de la intensa luz que emerge del interior del cuadro, nos ofrecen el juego de formas y volúmenes.

Se formó en Barcelona, y a finales del siglo XIX dio el salto a París, donde vivió unos años de precariedad y grandes privaciones. En el cambio de siglo consiguió un fabuloso éxito internacional, como no había obtenido ningún otro pintor español desde Marià Fortuny. Su influencia fue especialmente notable en Italia y entre los artistas rusos. Anglada-Camarasa fue uno de los primeros artistas de nuestro país que logró ser reconocido y cotizado en los Estados Unidos, y uno de los pocos que creó escuela en Latinoamérica, donde es un nombre de referencia.

La personalidad de Anglada-Camarasa se asocia a dos paisajes característicos: el París nocturno de la Belle Époque, que supo captar con un arte misterioso y sutil, y los paisajes de Mallorca, lugar en el que se refugió, huyendo de la Primera Guerra Mundial, y que se convirtió en su tierra de promisión. Los últimos años de su vida, Anglada-Camarasa vivió alejado del mundo artístico, a causa de la Guerra Civil, que le llevó al exilio, y del distanciamiento progresivo de las tendencias más avanzadas del arte contemporáneo.

Distribuida en tres ámbitos, la exposición recoge las temáticas que fueron fundamentales en la obra del artista, y nos descubre algunas de sus etapas estéticas más significativas: la vida nocturna parisina, la mujer y el paisaje. La belleza en sí misma es el elemento vehicular de sus obras.

Ritmo y vibración lumínica acompañarán al espectador en la visita a esta exposición. París, Valencia y Mallorca son luz, exotismo y naturaleza: un viaje por la estética. Los ambientes parisinos, la figura femenina y el paisaje son las temáticas utilizadas por el pintor para expresar, mediante la luz y el color, su visión estética de la vida. En sus lienzos refleja la elección óptica de un mundo positivo lleno de cromatismo, donde la luz se convierte en dinamizadora de las formas.

El París del Music Hall, el dramatismo teatral de Sodoma y Gomorra y las fiestas gitanas nos ofrecen la posibilidad de recrearnos en la contemplación y experimentar durante el proceso, gracias al tratamiento de la luz, el descubrimiento de los volúmenes. La mujer, serena, enigmática y diluyéndose armónicamente con el fondo de la tela hasta el infinito, nos relaja y nos inquieta a la vez. La temática femenina es la excusa para la experimentación de juegos cromáticos que define su estética: es el arte por el arte.

El paisaje nos muestra su visión estética de la naturaleza, el color modela las formas, el cielo cambiante decora la vida y la luz mediterránea estalla en espectaculares juegos cromáticos que nos incitan a observar y sentir desde el interior. «Un árbol de la isla, con su gesto, es un curso de sabiduría; quisiera aprender algo de su fuerza, de su belleza, de su gran saber defensivo contra las adversidades de la vida y ser, como él, atleta portentoso para poder afianzarme en lo que me falta. Con esto queda concretamente explicada la causa de mi predilección y estancia en Mallorca», escribió Anglada-Camarasa. La llegada a la isla marcó un cambio en su pintura: pasó de recurrir a la temática folclórica y las figuras femeninas a trabajar siempre, casi obsesivamente, con el paisaje.

Las 27 piezas que componen la exposición pertenecen a todas las épocas del artista, des de su primera época de reconocimiento en Cataluña (1885-1894), pasando por sus años en París, 1894-1914, su denominada etapa mallorquina (1914-1936) y los años de la Guerra Civil y posguerra (1936-1959).

 

Fuente: www.zaragoza.es

 

Dejar respuesta